La zona de intervención comprende el espacio urbano denominado como Plaza de la Iglesia y sus calles circundantes. No obstante, se da la paradoja de que la citada plaza no es de facto tal plaza, ya que no se dan las condiciones para que opere como un verdadero espacio urbano de calidad que genere y atraiga actividad social. Es por el contrario un espacio incompleto e inconexo, que solo durante las diversas fiestas locales, y gracias al corte del tráfico rodado, opera como escenario de las mismas, aunque jamás como una verdadera plaza.

Como positivo, es de justicia subrayar la calidad paisajística que desde el espacio frente a la iglesia se percibe hacia el norte, es decir hacia la colina donde se ubica la Ermita de Santa Lucía. A ello contribuye la vegetación existente en la actual plaza, pues visualmente permite soslayar las edificaciones existentes tras la calle Trinidad y fundir visualmente el entorno de la plaza con el paisaje lejano.

La actuación conjuga diversas actuaciones que tienen como propósito dar respuesta a la problemática antes descrita, que son las siguientes:

a) Proponer la plaza más polivalente, extensa y accesible posible.

Consideramos que la plaza debe operar como un espacio polivalente capaz de acoger todo tipo de actividades, para lo que entendemos debe conformarse en un único nivel en su mayor parte, y extenderse en superficie tanto como sea posible. Ello garantizará la posibilidad de amoldarse a los distintos usos y actividades que en ella puedan darse cita.

b) Diversidad de ámbitos espaciales con el menor número de recursos posibles.

Apostamos por una plaza polivalente, sí, pero no homogénea ni uniforme en su percepción espacial. Para lograrlo, hemos hecho uso de recursos muy sencillos para generar campos espaciales reconocibles, ya sea operando con el pavimento, o la altimetría, o disponiendo elementos en posiciones señaladas, se logran recorridos y espacios estanciales de calidad con funciones reconocibles y prácticas.

c) Peatonalizar la mayor extensión posible del ámbito de actuación.

Entendemos absolutamente necesario preservar este espacio público del tránsito de vehículos, lo que supone todo un reto si precisamente bajo dicho espacio hay que albergar a un aparcamiento subterráneo de vehículos.

Para lograrlo hemos dispuesto el acceso y salida del aparcamiento fuera del ámbito inicial de dicha intervención, decisión que entendemos plenamente justificada. Para ello se altera el sentido de la circulación de la calle Vicente Pascual, y se transforma dicha calle en una de único sentido, aunque permitiendo la salida en sentido opuesto de los vehículos de los garajes particulares que en dicha calle existen. Así mismo, la salida se produce en la calle Les Eres, una vez sobrepasados los garajes particulares que existen en la margen norte de dicha calle.

d) Alcanzar la máxima dotación de plazas de aparcamiento en un solo nivel.

Desde el inicio entendimos que dotar de aparcamiento al caso antiguo es una apuesta que no puede quedar en una nadería, y por lo tanto hemos apostado decididamente por lograr un aparcamiento que garantice la consecución de este objetivo. Por ello, una vez que entendimos que la plaza sería un espacio semi-excavado en “U” y direccionado hacia la iglesia, quedó claro que su traza debía extenderse hacia el subsuelo, acotando un nivel de sótano que, finalmente, permite alojar a 50 plazas de aparcamiento para vehículos, 24 para bicicletas y 3 para motocicletas.

e) Dotar a la plaza de oferta de usos terciarios.

En nuestra propuesta incorporamos una dotación de espacio destinado a local comercial sin uso específico, con el propósito de que albergue cualquier uso que haga de la plaza un espacio vivo de forma cotidiana. Una simple cafetería y una terraza junto a un kiosco de prensa, serían el complemento perfecto a la intervención, y supondría un motor de actividad que sin duda contribuiría decisivamente a la revitalización de esta zona del casco antiguo.

f) Sobriedad material.

Hemos decidido que en un entorno tan variopinto como el que nos ocupa, sería conveniente emplear el abanico de materiales más reducido posible, de fácil mantenimiento y de origen cercano. En este sentido, hemos basado nuestra intervención en el empleo del hormigón armado blanco para todos los paramentos verticales, un material cuyo envejecimiento juega a nuestro favor; y el uso de una piedra caliza también blanca como pavimento principal. Dos materiales que difieren tan solo en textura, y que hacen del color blanco el protagonista. Esta lógica solo se altera con el empleo de un pavimento de árido granítico negro, de elevada resistencia, para acotar determinadas zonas de la plaza que pueden precisar del tránsito de vehículos de emergencia.

Así las cosas, la intervención se apreciará como una operación monocromática y binaria, que se complementa con el uso de la vegetación. El resultado será un entorno más neutro y sosegado que a buen seguro contribuirá a aportar orden al conjunto.

g) La vegetación como protagonista.

No entendemos un espacio urbano de esta naturaleza sin vegetación, y a ser posible, como es el caso, asumiendo un rol protagonista en la conformación de la calidad ambiental y paisajística.  Cabe destacar en este sentido, la utilización de diversos formatos y portes de vegetación con la finalidad tanto de mejorar el encaje urbano de la intervención con su entorno inmediato como con el paisaje lejano de la Ermita de Santa Lucia.

h) Simbolismo.

Finalmente queremos dejar constancia de que hemos querido realizar una propuesta cargada de simbolismo, en la que un relato plausible y alegórico de la vida e historia de la ciudad tuviera perfecta cabida.

En este sentido, la propuesta desde el punto de vista formal, conjuga la influencia de un elemento tan pregnante como la fuente-monumento barroca, con sus juegos de curvas y contra-curvas, la de las archiconocidas fiestas de Els Enfarinats, y de la omnipresente presencia de la estatua-monumento de la virgen, que debe presidir la intervención desde “las alturas”.

Dicho lo anterior, podríamos entender que la plaza es una nube, una nube que se ha posado en Ibi.

Department: Architecture

Title: Rehabilitation of the church square and public underground parking in Ibi

Location: Alicante

Year: 2018

Area: 2.389 m2

Budget: 917.426,00

Client: Townhall of Ibi

Type: Competition

Status: Project

 

Project Architect: José Antonio Cantó Hidalgo

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