La zona de intervención comprende el espacio urbano denominado como Plaza de la Iglesia y sus calles circundantes. No obstante, se da la paradoja de que la citada plaza no es de facto tal plaza, ya que no se dan las condiciones para que opere como un verdadero espacio urbano de calidad que genere y atraiga actividad social. Es por el contrario un espacio incompleto e inconexo, que solo durante las diversas fiestas locales, y gracias al corte del tráfico rodado, opera como escenario de las mismas, aunque jamás como una verdadera plaza.
Como positivo, es de justicia subrayar la calidad paisajística que desde el espacio frente a la iglesia se percibe hacia el norte, es decir hacia la colina donde se ubica la Ermita de Santa Lucía. A ello contribuye la vegetación existente en la actual plaza, pues visualmente permite soslayar las edificaciones existentes tras la calle Trinidad y fundir visualmente el entorno de la plaza con el paisaje lejano.